“Soy dueña de las montañas, de los astros, y los soles, de mapas y mirasoles dueña soy de mis pestañas de mis lúcidas hazañas, del fuego de mil crisoles de ruedos con toros y oles Y del viento de las cañas, soy dueña del firmamento porque lo miro en aumento, soy dueña de los espejos porque plasmo sus reflejos, soy dueña del universo porque lo invento en mi verso.”
— Soy dueña del universo, Pita Amor.
Ordo Virtutum - Marta Dettlaff
Between Birds of Prey by Blood Axis From “The Gospel of Inhumanity” (1995) NeoFolk / Martial industrial / Experimental / Poetry Lyrics by Friedrich Nietzsche from “Dionysian-Dithyrambs” (1891) Background music: “Tu che le vanita conoscesti del mondo” from Giuseppe Verdi’s Opera “Don Carlo”
“Hay personas que nos gustan y mucho. Pero no por el hecho de que nos gusten vamos a pensar en ellos como próximos amantes o incluso hablar de noviazgo. ¿Por qué añadirle una etiqueta al futuro que desconocemos? Un socio, un amigo, un compañero… un algo. Puede que quizás en una semana como en dos meses… se convierta en otra cosa, tampoco voy a negarlo; pero puede también que se diluya, llevándose tras de sí, toda esa atracción primera, convertida en un mero número de teléfono y una chela a medias. Simplemente nos gustan. Y sí, existen personas que me gustan, y mucho. No pienso en acostarme con ellas o prometerles un amor eterno. No, de momento. Tampoco confirmo ni desmiento que en un azar termine compartiendo unas sábanas y un grito mudo de placer contra una pared. No me aventuro a descifrar los porvenires. Me conformo con conocerles, evadirme, jugar y cortejarles. Vivirlos. Aprender de ellos. Conocer nuevas fórmulas, nuevos guiños y alguna que otra anécdota. Y me gustan. Me gustan mucho. Y me gustas. Me gustas mucho. Así que apresúrate, sígueme el juego y actúa como si me conocieras. No rompas esa magia. Olvídate de las esperas.”
Hola. ¿Tienes algún poema de superación amorosa?
De Alejandra G. Remón
El sexo es el juego más simple que existe, para ser razonables, es el más sencillo. La metes y la sacas, lo sacas y lo metes, sube y baja, baja y sube, media vuelta y otra vuelta, no hay árbitro, aficionados echando porras (a menos que sea una despedida de soltero), no hay marcador, puntos, pero siempre, y por decisión de ambos, en la mayoría de los casos, se llega a tiempo extra. Otra de las ventajas del juego es que no necesita uniformes, cascos (bueno, de vez en cuando de látex), zapatos especiales o señalamientos. Es el único juego donde nadie gana, a no ser que uno de los dos terminé muy pronto y no esté dispuesto a ayudar a su contrincante a empatar. Luego de practicarlo un tiempo muchos tienen la idea de que para hacerlo más interesante hay que ir poniendo reglas, como:
¿Nos vemos antes para salir a cenar?
¿Pasas por mí después del trabajo?
Llevar un detalle antes del encuentro
Comenzar a contar intimidades
Hablar de planes a futuro
Prometerse amor para no sentirse tan insensibles
Comparar virtudes inventadas con otros competidores para demostrar quién tiene el mejor juego
Y cuando un juego se llena de reglas, se vuelve un sistema, y lo sabemos, todos andamos huyendo de los sistemas.
El libro tinto para charlar con el que no vino, Quetzal Noah
El Futuro.
Julio Cortazar
Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.
“Sobre tus estrías escribo mis más lindas poesías, pues sólo en tu cuerpo encontré las líneas perfectas para mis rimas.” — Andy Campos.